Los seguros se pueden clasificar básicamente, en torno a dos grandes grupos:
Seguros contra daños: son aquellos que cubren al asegurado de posibles accidentes o hechos que afecten a los elementos patrimoniales de la persona que suscribe el seguro.
Seguros personales: comprenden todos los riesgos que puedan afectar a la existencia, integridad física o salud del asegurado.